Concebida inicialmente como mero contraste y foco de problemas emocionales para Daredevil, Elektra llegó incluso a igualar la popularidad del hombre sin miedo, veamos por que.Cuando
Frank Miller se convirtió en el autor completo de
Daredevil a la altura de 1981, decidió explorar en el casi desconocido pasado del personaje para traer desde allí el que fuera su primer amor, el objetivo, en palabras del propio
Miller era encontrar una antagonista femenina a la altura del propio
Daredevil, para ello pretendía crear un conflicto emocional brutal: por un lado
Elektra era la primera mujer a la que
Matt había amado de verdad, los avatares del destino les habían separado y ahora cuando años después volvían a encontrarse
Elektra era todo aquello que
Matt debía odiar: una mercenaria, asesina sin escrúpulos dispuesta a vender sus servicios al mejor postor sin ningún tipo de cortapisa moral (algo que
Miller se encargaría de matizar con el tiempo);
Matt debería odiar a
Elektra, pero no podía, cuanto más se esforzaba por no amarla, más se encerraba en una insoportable dicotomía de amor-odio que amenazaba su propia estabilidad mental, por su parte
Elektra hace tiempo que había dejado atrás a
Matt y la luz de esperanza y felicidad que él había significado en su vida, su regreso supuso un vuelco brutal e inesperado en su bien planificada vida, debería olvidarle es más debería matarle, pero no podía, la llama ardía con más fuerza que nunca; esta particular relación configuraría de inicio a fin toda la primera etapa de
Miller al frente del cuernecitos.
Aparecida por primera vez en
Daredevil volumen I 168 (Enero de 1981), en el primer número de
Miller como autor completo de la serie,
Elektra sería mostrada como una estudiante más o menos normal (situación esta que sería ampliamente modificada por el propio
Miller en la miniserie
El hombre sin miedo), hija de un diplomático griego por el que profesaba un gran amor (vamos que el nombre no fue escogido al azar), a la que
Matt conseguía enamorar con audacia e inteligencia, tras vivir una intenso y apasionado romance, el secuestro y posterior muerte de su padre (con una poco afortunada intervención de
Matt y ella misma) alejo a
Elektra de
Matt a quien se veía incapaz de seguir amando si antes no se encontraba a si misma, el posterior reencuentro entre ambos años después y ya como héroe enmascarado uno y peligrosa mercenaria la otra (encuentro calcado, como el propio
Miller reconoce, al de
Sand Saref y Spirit en el mítico comic de
Eisner), provocaría que por primera vez en su vida
Elektra llorase, destapándose de paso la caja de los truenos.
Una aparición tan contundente y espectacular como esta, no podía si no generar ansias en los lectores por conocer más sobre este personaje, y así aunque
Miller se hizo de rogar (tras una breve aparición en el 169, el personaje no volvería a parecer hasta el
DD 174) poco a poco fuimos describiendo más sobre el mismo, así vimos como, pese a su enorme valía como luchadora,
La Casta de Stick (el mismo que había entrenado a
DD) no la encontró valida para su milenaria lucha contra
La Mano habida cuenta del profundo odio que anidaba en su interior, descubrimos como
Elektra intentando demostrar el error de
Stick se infiltra en
La Mano para acabar con ella desde dentro, solo para acabar al borde de la corrupción definitiva, estatus del que escapa de milagro y solo para convertirse en una brutal mercenaria.
Como ya dijimos el regreso de
Elektra se hizo esperar, pero fue tan contundente como se cabría imaginar,
La Mano había puesto precio a la cabeza de
Matt y aunque tras descubrirlo
Elektra se dice a si misma que no le importa lo primero que hace es coger un vuelo a New York, una vez ahí el conflicto esta servido, la tensión entre
Matt y Elektra alcanza limites insoportables, y será
Heather Gleen (pareja sentimental de
Matt por entonces) la que pague los platos rotos por parte de un
Matt cada vez más desequilibrado; una vida llena de violencia solo puede acabar de forma violenta y así será cuando
Elektra es brutalmente asesinada (¿violada?) por
Bullseye deseoso de recuperar el puesto de asesino principal de
Kingpin, estatus perdido a mano de la misma
Elektra, es interesante analizar el contexto en el que muere
Elektra, asesinadas tras perdonar la vida a
Foggy Nelson (
Miller muestra así que el personaje no ha caído del todo) este síntoma de debilidad preludia su caída a manos de un ser definitivamente amoral y némesis física de su gran amor,
Elektra todavía tendría tiempo de arrastrarse para morir en los brazos de su amado, en una de las escenas más tristes y desgarradoras de la historia del género, podía haber acabado aquí, tal vez debería haber acabado aquí, pero
Miller tenía otros planes, planes que propiciarían la apertura de la Caja de Pandora que tantos dolores de cabeza provocarían en el autor americano en un futuro.

Tal vez queriendo abrir una puerta a la esperanza en una etapa tan sombría,
Miller decidió dar una segunda oportunidad a
Elektra, y así
La Mano en su afán por encontrara al asesino perfecto (y tras haber perdido a su anterior estilete,
Kirigi, a manos de la propia
Elektra), trata de volver a la vida a la asesina para tenerla bajo su control, solo la intervención de
DD, la
Viuda Negra y lo que queda de
La Casta evita tal situación, aunque
Matt tras ver que es posible salvar a
Elektra trata de dar todo lo que tiene para salvarla; sin embargo falla, pero
Piedra el último superviviente de
La Casta, se da cuenta de que, el amor de
Matt ha purgado el odio y la maldad en
Elektra, tal vez merezca una segunda oportunidad, la siguiente escena que veremos será la de
Elektra vestida de blanco en lugar de su habitual rojo sangre, escalado ahora si, con éxito la montaña de
La Casta, esa misma montaña que años antes se había tornado infranqueable,
Elektra estaba pura, era libre, en el que tal vez fuera el único resquicio a la esperanza en una etapa tan genial como sombría,
Miller había purgado a
SU personaje y le había dado la oportunidad de redimirse por el amor.
Años después
Miller aduciría que todo esto había sido puramente simbólico, que
Elektra estaba muerta y bien muerta, sin embargo tal vez consciente que su deliberada ambigüedad podía traer problemas de cara al futuro, decidió escribir
Elektra Lives Again, obra conocida popularmente como
Elektra Dies Again, en la que
Miller trataba dejar definitivamente muerta a
Elektra (y a
Bullseye de paso), pero claro como esto es un negocio, y aunque esta muy bien dejar que el autor superventas se divierta, no lo esta tanto dejar que se cargue a dos personajes con tanto potencial, Marvel saco
Elektra Lives Again de continuidad, dejando abierta una puerta, que sin embargo prometía a
Miller no usar jamás, y es que
Elektra era
SU personaje y nadie más debía escribirlo, pero ¡hay!, las palabras se las lleva el viento, y cuando
DD llevaba demasiado tiempo sin ser el centro de atención y sin vender en exceso, Marvel decidió dar un vuelco (tanto en forma como en contenido) al estatus del personaje y para ello nada mejor que recurrir al regreso de
Elektra usando las puertas que el propio
Miller (que monto en cólera) había dejado abiertas.
La saga donde tal evento tendría lugar se llamaría
Caída del Paraíso (
DD 319-325) y bajo guiones de
D.G. Chichester y lápices de
Scott McDaniel,
Elektra volvería definitivamente, eso si divida en dos, primero la
Elektra pura que
Matt había salvado, y luego por las acciones de
La Mano su parte
“malvada” que
Elektra asumiría como propia para de esta forma derrotar a
La Mano y estar completa.
Desde entonces
Elektra a contado con diversas miniseries, dos serie regulares y múltiples apariciones por todo el
Universo Marvel (en especial en
DD y el
Lobezno), pese a esto nadie ha sabido captar la esencia de un personaje tan intrínsecamente milleriano y lo cierto es que sus apariciones has oscilado entre lo mediocre (convertir a
Elektra en un personaje convencional debería ser delito) y lo directamente penoso, solo
Greg Rucka, consciente de la imposibilidad de seguir el camino impuesto por
Miller trato en su momento de evolucionar al personaje, sus esfuerzos y aportaciones sin embargo caerían en saco roto tan pronto dejo de escribir al personaje, y es que en su
“segunda vida” Elektra o bien ha sido una
“superheroina” casi convencional (durante la serie noventera) aunque dura como el turrón de jijona (como cabria esperar de la época), o bien una asesina mercenaria sin escrúpulos, su actual estatus en el
Universo Marvel, al menos hasta
Invasión Secreta, queda por ver como evoluciona el personaje a partir de aquí, pero auque sería injusto decir que no ha habido buenos comics de
Elektra más allá de
Miller, no lo es tanto señalar que su
Elektra y la que ha venido después son personajes bien distintos.